sábado, 16 de junio de 2018

Acabar con la mortalidad materna y neonatal prevenible y la muerte fetal intrauterina


Acabar con la mortalidad materna y neonatal prevenible y la muerte fetal intrauterina

Doris Chou y sus colegas discuten las prioridades estratégicas necesarias para prevenir las muertes maternas y neonatales y las muertes de fetos muertos y promover la salud y el bienestar de la madre y el recién nacido
 A pesar de los logros notables para mejorar la supervivencia materna e infantil, 800 mujeres y 7700 recién nacidos todavía mueren cada día por complicaciones durante el embarazo, el parto y en el período postnatal; otras 7300 mujeres han tenido una muerte fetal.1-3
Algunos países han podido mejorar los resultados de salud para mujeres y niños, incluso con un gasto de salud relativamente bajo.4  La clave de su éxito se puede encontrar en estrategias específicas basadas en la evidencia para mejorar e integrar la atención, respaldada por sólidos principios rectores y buena gobernanza.5
Este documento se basa en dos planes estratégicos: cada recién nacido: un plan de acción para acabar con las muertes evitables (ENAP) y las estrategias para erradicar la mortalidad materna prevenible (EPMM) 6 7 pretenden catalizar una acción global para eliminar las grandes disparidades en el riesgo de muerte y erradicar la mortalidad materna y neonatal evitable y los nacimientos de niños muertos en una generación (recuadro 1). Discutimos las prioridades estratégicas y las intervenciones esenciales necesarias para prevenir las muertes maternas y neonatales y las muertes fetales, y promover la salud , el bienestar de la madre y el recién nacido. Métodos Se realizó una revisión y mapeo completo de los elementos de ENAP y EPMM.
Los temas clave y los objetivos estratégicos que se consideraron en gran medida similares se discuten en este documento. Cuando el énfasis o el enfoque estratégico recomendado variaron en función de la población objetivo, y las distinciones se consideraron importantes, se mantuvieron recomendaciones específicas. Ambos planes estratégicos se basan en evidencia científica y empírica, y se sometieron a amplias consultas de expertos con aportes de reuniones nacionales, regionales y mundiales, y una consulta oficial en línea.7 8 9 Los objetivos de mortalidad fueron respaldados por los países, incluido el 67º Programa Mundial de Salud Asamblea en 2014.10 Progreso limitado A medida que la era de los objetivos de desarrollo del milenio llega a su fin, es necesario hacer más por la salud de las mujeres y los niños. Si bien las muertes maternas disminuyeron a 289 000 en 20131, la reducción del 45% de la mortalidad materna desde 1990 no alcanza el objetivo del 75% en el objetivo de desarrollo del milenio 5.
La mayoría de las muertes maternas aún se deben a causas obstétricas directas 11, es decir,
  •  hemorragia (27%),
  •  trastornos hipertensivos (14%),
  •  sepsis (11%) 
  • y complicaciones del aborto (8%). 

 Sin embargo, un número creciente de las muertes se relacionan con condiciones de salud crónicas en el embarazo,
  • como la diabetes, 
  • el VIH, 
  • la malaria,
  •  las afecciones cardiovasculares 
  • y la obesidad (figura 1). 


Las muertes de recién nacidos han disminuido en un 40% desde 1990; cerca de 2.8 millones de recién nacidos murieron en 2013. La caída en la mortalidad neonatal ha sido más lenta que en la mortalidad infantil, y las muertes de recién nacidos ahora representan el 44% de todas las muertes en niños menores de 5 años en todo el mundo.2 
Las tres causas principales de muerte neonatal 12 son
  • los nacimientos prematuros complicaciones (35%), 
  • condiciones intraparto (24%) 
  • e infecciones (20%). 


Casi el 80% de las muertes de recién nacidos ocurren entre bebés que pesan menos de 2500 g al nacer, especialmente aquellos nacidos prematuros (fig 1) .13 Partos de feto muerto han disminuido en solo un 15% desde 1995. Se estima que 2,6 millones de muertes fetales ocurrieron en todo el mundo en 2009, de las cuales 40% fueron intraparto y probablemente debido a una atención inadecuada.3 14

Además del trabajo prolongado y obstruido, las infecciones no tratadas como la sífilis son importantes causa de mortinatos en entornos de bajos recursos.14

La calidad óptima de la atención durante el parto y en el período neonatal podría evitar 113000 muertes maternas, 531000 muertes fetales y 1.3 millones de muertes de recién nacidos para 2020.15

Además, satisfacer la necesidad insatisfecha de planificación familiar podría prevenir el 29% de muertes maternas por año.16
Cuidados efectivos que  la mortalidad y la supervivencia de los bebés y sus madres están inextricablemente unidas, requiriendo una atención coordinada antes y durante el embarazo, en el parto y en la vida y la salud de los recién nacidos, el período postnatal.

 Prioridades estratégicas

La estrategia basada en evidencia debe informar la planificación para la salud y supervivencia materna y neonatal, con la debida consideración de la dinámica del sistema de salud y los factores de riesgo social y ambiental en diferentes países 19. La seguridad financiera y la equidad en salud son esenciales. Los objetivos de desarrollo sostenible proporcionan un marco para la cobertura sanitaria universal descrito por tres objetivos interconectados:
  • ·         mejorar la calidad y la disponibilidad de los servicios de salud esenciales;
  • ·         lograr una asimilación equitativa y óptima de los servicios en relación con la necesidad;
  • ·         y mejorar la eficiencia de costos y la protección financiera.20


El Mecanismo de Financiamiento Global puede ayudar a impulsar innovaciones financieras para alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible en el continuo de la salud reproductiva, materna, neonatal, infantil y adolescente para 2030.21
Presentamos cinco prioridades, sintetizadas a partir del objetivos estratégicos descritos por ENAP y EPMM (recuadro 2).

Mensajes clave

Los niveles inaceptables de mortalidad materna y neonatal y mortinatos impiden la realización de sociedades sanas y sostenibles El logro de metas nacionales y mundiales para ENAP y EPMM contribuirá a los objetivos de la Estrategia Mundial para la Salud de Mujeres, Niños y Adolescentes. Presentamos cinco objetivos estratégicos que deberían ser priorizado para terminar con las muertes prevenibles de madres y recién nacidos y mortinatos, sintetizados a partir de los objetivos estratégicos descritos por ENAP y EPMM

Cuadro 1 Objetivos mundiales para erradicar la mortalidad materna y neonatal prevenible
• Todos los países deberían reducir su índice de mortalidad materna en al menos dos tercios de la línea de base de 2010, y ningún país debería tener una tasa más alta que 140 muertes por 100000 nacidos vivos (el doble de la tasa mundial objetivo)
• Todos los países deben tener una tasa de mortalidad neonatal nacional de≤12 por 1000 nacidos vivos y muerte fetal , tasa de≤12 por 1000 partos totales
• La tasa de mortalidad materna global debe ser <70 muertes maternas por 100000 nacidos vivos
• El hito de la tasa global de mortalidad neonatal será de 9 por 1000 nacimientos vivos y tasa de nacimientos de 9 por 1000 total nacimientos.

Objetivo 1: Fortalecer la atención alrededor del momento del nacimiento

Las madres y sus bebés corren el mayor riesgo de morir durante el trabajo de parto, el parto y la primera semana después del nacimiento. Invertir en mejorar el acceso y la calidad de la atención en este momento, y lograr altos niveles de cobertura de intervenciones efectivas, tiene el potencial de evitar tres millones de muertes de mujeres, recién nacidos y bebés muertos al año, de los cuales casi dos millones pueden prevenirse alrededor del momento del nacimiento (fig 2) .15 A pesar del aumento global en la cobertura de la asistencia calificada al parto, las disminuciones asociadas en la mortalidad materna han sido modestas, y para los nacidos muertos es prácticamente inexistente. 3 4 22 23 Esta falta de mejora pone de relieve la necesidad de centrarse en la calidad de la atención, incluidas las competencias y entornos de los proveedores que permiten la prestación de intervenciones clínicas esenciales con dignidad. La atención médica de alta calidad es segura, efectiva, oportuna, eficiente, equitativa, centrada en las personas y respetuosa.24-26 Dado el vínculo inextricable entre la madre y el bebé, la atención también debe administrarse sin separación de la madre y el bebé 23-25. Atención médica eficaz para todas las principales causas de muerte contribuirán a poner fin a la mortalidad materna y neonatal prevenible y a alcanzar el nivel de salud más alto posible.
Por ejemplo, la planificación familiar evitará embarazos mal espaciados o poco espaciados, que están directamente relacionados con un aumento de la mortalidad, y la implementación de las directrices técnicas y políticas de la OMS para el acceso al aborto seguro también evitará muertes.28 Para la salud del recién nacido, mejor atención en el tiempo el parto y cuidados especiales para recién nacidos pequeños y enfermos es esencial para reducir la mortalidad. 8

Objetivo 2: Fortalecer los sistemas de salud

 El fortalecimiento del sistema de salud debe abordar tanto el hardware (infraestructura de salud esencial, comodidades y productos básicos) como el software (liderazgo y gobernanza, información transparente de salud, innovación y asociaciones público-privadas, mecanismos de participación y normas y valores de cuidado respetuoso) de los sistemas de salud.29 Además, se necesitan sistemas de derivación eficaces para garantizar una coordinación fluida a lo largo del tiempo, las disciplinas y las instalaciones. La falta de una fuerza de trabajo sanitaria adecuada y el acceso a productos básicos que salvan vidas son limitaciones importantes en muchos países.
Treinta y ocho países con alta carga enfrentan desequilibrios críticos y escasez en la disponibilidad de proveedores de atención médica.30 Casi 90% de los servicios de atención esencial para salud materna y neonatal pueden ser provistos por trabajadores de salud con habilidades de partería, siempre que sean educados para alcanzar estándares internacionales de competencia. y regulados para garantizar que se mantengan sus habilidades.30 Sin embargo, las parteras representan solo el 36% de la fuerza laboral de atención materna global. La falta de un registro completo de nacimientos y muertes y la información precisa sobre las causas de muerte para informar la toma de decisiones y la evaluación del programa de salud limitan la entrega equitativa de intervenciones esenciales de calidad a las poblaciones necesitadas. Se necesita investigación y desarrollo para abordar los problemas intransigentes en la prestación de servicios de atención médica y para desarrollar tecnologías que hacen que el nacimiento sea más seguro, como la reanimación simplificada o la entrega de mejores medicamentos. La comunidad mundial también debe describir explícitamente lo que constituye la calidad de la atención y la asistencia calificada en el momento del nacimiento para permitir un seguimiento y evaluación adecuados, y la OMS está desarrollando normas que responden al marco de calidad publicado en su declaración de visión (OMS, datos no publicados) .31

 Objetivo 3: alcanzar a cada mujer y recién nacido 

La equidad es un derecho humano fundamental y un requisito previo para alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible. Los planificadores de programas deben comprender mejor las barreras de acceso y los factores personales que hacen que la atención sea aceptable para todos. La equidad incluye no solo el acceso a los servicios, sino la provisión de atención de alta calidad sin discriminación y el cumplimiento de la demanda sostenida a gran escala. La igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y las niñas son fundamentales para un enfoque basado en los derechos. La violencia de género es generalizada y sus efectos adversos incluyen embarazos no deseados, complicaciones del embarazo como bajo peso al nacer y aborto espontáneo, lesiones y muerte materna e infecciones de transmisión sexual como el VIH / SIDA.32 Las estrategias para empoderar a las mujeres en su salud reproductiva y materna deben garantizar no solo el poder de la toma de decisiones -incluyendo si, cuándo y con qué frecuencia quedar embarazada- sino también la disponibilidad de opciones que necesitan para ejercer sus elecciones. El costo de los servicios de salud puede ser una barrera importante para la atención. Hasta el 11% de la población en algunos países incurre en altos costos de bolsillo para la atención de la salud, con hasta un 5% forzado a la pobreza por gastos relacionados con la salud, incluidos los costos asociados con la atención materna y neonatal esencial.33 La cobertura universal de salud llegar a todas las personas de la población con servicios esenciales y protegerlos de las dificultades financieras debido al costo de estos servicios. Los incentivos financieros basados ​​en el desempeño y las transferencias monetarias condicionadas han sido eficaces para aumentar la búsqueda de atención y mejorar la calidad de la atención34. Los responsables políticos y financieros de los países y los donantes mundiales deben priorizar recursos adecuados y sostenibles para la salud materna y neonatal.


Objetivo 4: Aprovechar el poder de los padres, las familias y las comunidades 

Lo ideal es que las familias protejan y cuiden a las mujeres y los recién nacidos. Los hombres tienen un papel importante en salvaguardar la salud familiar y deben recibir apoyo para hacerlo.35 La evidencia muestra que los grupos de mujeres dirigidos por un facilitador capacitado pueden mejorar la salud materna y neonatal a través del aprendizaje participativo, particularmente en entornos rurales con bajo acceso a servicios de salud .36 Los trabajadores de salud comunitarios capacitados pueden ayudar a las familias a fortalecer las prácticas preventivas y de cuidado y facilitar la búsqueda de atención adecuada. Los mecanismos participativos en todos los niveles del sistema de salud pueden ayudar a fomentar el compromiso de la comunidad y garantizar que los servicios sean transparentes, inclusivos y receptivos a aquellos a quienes sirven. Las organizaciones de la sociedad civil, incluidos los grupos de padres, pueden contribuir sustancialmente a la movilización social y pueden hacer que los gobiernos y los servicios de salud respondan por los compromisos de salud materna y neonatal.

Objetivo 5: Mejorar los datos demográficos y responsabilidades 

Los cambios demográficos demográficos y la carga de morbilidad afectan la epidemiología del riesgo en los países e influyen en la elección de estrategias para prevenir las muertes maternas y neonatales y los fetos muertos 23. 37 Se necesitan mejores datos para dicha planificación.
El establecimiento de sistemas nacionales de registro y estadísticas vitales en cada país es esencial para contar los nacimientos y las muertes y hacer un seguimiento del progreso.38 En 2012, solo un tercio de los países contaba con sistemas de registro civil de alta calidad para las defunciones maternas o neonatales o los fetos muertos; alrededor de 137 millones de nacimientos en todo el mundo, y casi todas las muertes neonatales y nacimientos de niños muertos, no se registraron.13
Los países donde se dispone de poca o ninguna información empírica tienden a ser aquellos donde la carga estimada es más alta. La documentación precisa de la causa de la muerte utilizando definiciones estándar también es fundamental para diseñar programas de salud efectivos para abordar las causas prevenibles de mortalidad. Los países deben invertir en el fortalecimiento de los mecanismos de revisión y respuesta a la mortalidad materna y perinatal 39. 40 Se necesitan indicadores globales adicionales.
 Las innovaciones en tecnología de la información (incluida m-health) pueden fortalecer los sistemas de salud mediante una recopilación de datos efectiva en tiempo real.41 Cerrar el ciclo de monitoreo y evaluación mediante el uso real de los datos para comprender los efectos de las intervenciones es fundamental para garantizar la rendición de cuentas.42
Intervenciones prioritarias  Para alcanzar los objetivos de ENAP y EPMM, se debe implementar un paquete esencial de intervenciones efectivas para llegar a todas las mujeres, los embarazos y los recién nacidos. Pero la elección de las intervenciones y las medidas de éxito deben adaptarse a cada país en función del contexto local. Las intervenciones relacionadas con la atención materna y neonatal que se incluyen en la Estrategia global de las Naciones Unidas para la salud de las mujeres, niños y adolescentes (ver suplemento de datos en bmj.com) 43 no son exhaustivas, sino que se priorizan en función de sus efectos sustanciales sobre las principales causas de mortalidad y morbilidad materna y neonatal y muerte fetal.15 19

Conclusión

 A medida que surge la agenda de los objetivos de desarrollo sostenible, las sociedades saludables donde las mujeres, las adolescentes, los recién nacidos y los niños prosperan, y el embarazo y el parto son seguros en todas partes, deben ser el centro de su ambición. Es posible erradicar las muertes prevenibles de madres y recién nacidos y los niños nacidos muertos en una generación, y requiere atención centrada en intervenciones y estrategias de alto impacto para mejorar el acceso y la calidad de la atención. La atención efectiva en el momento del parto es más importante para la supervivencia y la salud, pero las estrategias integrales y las intervenciones de alto impacto deben abarcar la continuidad de la atención, incluso antes del embarazo. La guía estratégica detallada, los objetivos específicos, las intervenciones y los hitos de los planes de acción mundiales de ENAP y EPMM proporcionan una guía para que los países la utilicen en su formulación de planes nacionales de salud y prioridades de financiación.



INFO RELACIONADA
Guía de recomendaciones de la OMS para reducir la carga del trabajo de parto prolongado y sus consecuencias. "Recomendaciones de la OMS para la conducción del trabajo de parto (En castellano)"


Proteccion y promocion de los derechos de niños, niñas y adolescentes https://documentop.com/proteccion-y-promocion-de-derechos-unicef_5984f59c1723ddb404627857.html


¿Se vigilan las muertes maternas en la Argentina? Los sistemas locales de seguimiento y auditoría de las muertes maternas en cinco provincias 

Autores: Zulma Ortiz, Silvina Ramos, Mariana Romero, Silvia Fernández, Carolina Trillo, Gustavo Agolti, Oscar Damoli, Carlos Cardello, María Graciela Sarmiento, Sofía Amenábar, Evelina Chapman e Iván Insúa 

1. Introducción 

La muerte materna es considerada un evento trazador de la efectividad de las intervenciones clínicas y sanitarias. Refleja inequidades sociales, limitaciones en la contención de las redes comunitarias y fallas en el sistema sanitario tanto en el acceso como en la calidad de la atención. Es por ello que una alta proporción de las muertes maternas se consideran evitables. Sin embargo, la visualización de las muertes maternas es insuficiente. Esto se explica, en parte, por la escasa magnitud del evento en términos puramente numéricos comparada con otros problemas sanitarios, al menos en nuestro país, y por la poca valoración social que la mujer históricamente ha tenido en nuestras sociedades. En este contexto, el desarrollo y fortalecimiento de los sistemas de seguimiento y auditoría de las muertes maternas es una estrategia clave para asegurar la calidad en los procesos de atención y evaluar el progreso de las acciones tendientes a disminuir los valores de la razón de mortalidad materna. En este artículo se describe el estudio realizado en las provincias de Chaco, Formosa, Mendoza, Tucumán y San Luis, entre junio de 2004 y mayo de 2005.1 Se trata de una investigación en servicios (Aguilar et al., 1993) en la que se intentó responder, a través de la recolección sistemática y el análisis e interpretación de datos, los siguientes interrogantes: ¿Cómo está organizado el sistema de vigilancia de las muertes maternas? ¿Quiénes y cómo analizan una muerte materna? ¿Cuáles son las principales limitaciones y fortalezas del sistema? ¿Se trata de un sistema integrado entre los diferentes niveles (nacional, provincial y local)? Para responder a estas preguntas fue necesario analizar la estructura y funcionamiento de los sistemas locales de seguimiento y auditoría de las muertes maternas en las respectivas provincias.
1 Fue realizado en el marco del estudio “Muertes no institucionales de mujeres en edad fértil y su relación con las muertes maternas en la Argentina”, proyecto colaborativo coordinado por el Centro de Estudios de Estado y Sociedad (CEDES) y que contó con el apoyo de la Comisión Nacional de Programas de Investigaciones Sanitarias (CONAPRIS) del Ministerio de Salud de la Nación, del Fondo de Población de Naciones Unidas y de la Organización Panamericana de la Salud

Para el relevamiento de la información se utilizaron técnicas cualitativas.
 En una primera etapa se realizaron entrevistas a los responsables de los equipos provinciales (N = 5), considerados informantes clave por desempeñar funciones de relevancia en el campo de la salud reproductiva de sus respectivas provincias. Se les aplicó un cuestionario semiestructurado con el propósito de relevar información acerca de aspectos de estructura, procesos y resultados de las estrategias de vigilancia implementadas en cada provincia.
 En una segunda etapa, se efectuaron entrevistas a otros informantes clave (N = 19) y observaciones en el terreno, entre noviembre de 2004 y marzo de 2005. En la selección de los informantes se tuvo en cuenta que fueran actores locales involucrados en el proceso de vigilancia de las muertes maternas. Se tuvieron presentes los resguardos éticos necesarios y se aseguró en todo momento la confidencialidad de la información obtenida. Las dimensiones tomadas en cuenta para el análisis fueron: la estructura organizacional y funcional del sistema de vigilancia y las barreras y los facilitadores para el desempeño de los profesionales que integran los sistemas de vigilancia. 

Para la primera dimensión se relevó información sobre: 
a) organización del sistema, 
b) sus recursos físicos, 
c) sus recursos humanos y 
d) sus atributos.

 Estas dimensiones se relevaron a partir de la aplicación de un cuestionario, diseñado para evaluar en forma rápida aspectos de la estructura y los procesos de los grupos, formales o no formales, que tienen a su cargo el análisis de las muertes maternas, denominados comités de muertes maternas. 

Los atributos del sistema de vigilancia en los comités de muertes maternas evaluados fueron: 
• Sensibilidad: capacidad del sistema para detectar las muertes maternas.
 • Oportunidad de la información: velocidad de captura y envío de la información entre los distintos niveles operativos que intervienen en la vigilancia. Este atributo tiene una estrecha relación con el tiempo requerido para realizar intervenciones. 
• Aceptabilidad: refiere al deseo de las personas e instituciones de participar del sistema de vigilancia. 
• Adaptabilidad: capacidad del sistema para adaptarse a nuevos requerimientos de acuerdo con el objetivo que se pretende cumplir. 
• Representatividad: se refiere a la capacidad que tiene el sistema para identificar la magnitud real y las características de un problema en tiempo, espacio y persona. 
• Simplicidad (en estructura y funcionamiento): facilidad con que funciona un sistema de vigilancia. 
• Especificidad o valor predictivo positivo: capacidad de que la proporción de los casos identificados como tales, realmente lo sean. 
• Estabilidad: fiabilidad en función de la consistencia del trabajo de recolección de información y disponibilidad de la información recolectada en el momento de ser requerida.

 2. ¿Qué se entiende por sistemas de vigilancia en salud pública?

 Si bien existen diferentes definiciones de vigilancia en salud pública, todas convergen en señalar que el rasgo distintivo de la vigilancia es la recolección sistemática de información sobre problemas específicos de salud en poblaciones, su procesamiento, análisis y su oportuna utilización por quienes deben tomar decisiones de intervención para la prevención y control de los riesgos o daños correspondientes (Castellanos, 2004). Arribar a esta noción de vigilancia es producto de una construcción histórica. En sus comienzos, hacia fines de la Edad Media, frente a la necesidad de controlar y proteger la circulación de bienes y personas, la vigilancia epidemiológica consistía en simples registros manuales para vigilar un evento. Posteriormente, William Farr en el siglo XIX implementó sistemas de registros que permitían recolectar, analizar e interpretar estadísticas vitales y difundirlas con una cierta periodicidad, incorporando de esta manera al concepto de vigilancia la noción de difusión de resultados. Hasta mediados del siglo XX, el término vigilancia estaba restringido en la práctica de la salud pública a vigilar los contactos de las personas con enfermedades transmisibles graves. El objetivo principal era detectar los primeros síntomas para procurar el inmediato aislamiento de los afectados. Es recién en la segunda mitad del siglo XX cuando esta noción de vigilancia empieza a cambiar gracias a los aportes de Raska y Langmuir, entre otros, quienes incorporan al concepto de vigilancia la noción de información útil para el control y la prevención (Raska, 1971; Langmuir, 1963). Actualmente, un sistema de vigilancia consiste en la recopilación y producción sistemática de información sobre el comportamiento de eventos de saludenfermedad-atención de la población y los factores que los condicionan para orientar el proceso de toma de decisiones e implementar las acciones necesarias en tiempo oportuno.
 Las decisiones tomadas están dirigidas a mejorar la calidad de la atención, evitar enfermedades y sostener la salud de la población. 
Vigilar las muertes maternas es así un proceso progresivo orientado a: 
1) Identificar las muertes maternas. 
2) Recolectar datos.
 3) Revisar los factores que contribuyen a esas muertes (médicos y no médicos). 
4) Analizar e interpretar la información recogida. 
5) Implementar acciones a partir de los resultados para reducir las muertes en el futuro.
 6) Evaluar la efectividad de esas acciones.

 Más que ser unidades informantes, vías de comunicación o sistemas de procesamiento de información, un sistema de vigilancia de las muertes maternas consiste en unidades de inteligencia que buscan la información, que saben qué hacer con ésta y que tienen la capacidad y el poder de actuar, pues el propósito último de todo proceso de vigilancia en salud es la acción. En ese sentido, no debe confundirse sistema de vigilancia con sistema de información. Todo sistema de vigilancia desarrolla múltiples sistemas de información para apoyar los procesos de decisión, pero los sistemas de vigilancia tienen componentes y atributos que les son característicos. Los dos elementos que diferencian un sistema de información de un sistema de vigilancia son la oportunidad de la información y las intervenciones que derivan de ésta. 

Según Martínez Navarro y Tello Anchuela (2004), los componentes esenciales de la vigilancia son: 
1) El sistema de información propiamente dicho, constituido por la detección de los casos, la notificación de éstos y su análisis e interpretación. 
2) La intervención que implica acciones de control y de respuesta, por ejemplo, realizar ajustes en programas, reorientar la planificación y las políticas y, finalmente, retroalimentación, evaluación y monitorización del sistema.
 3) Los recursos para la vigilancia, que van desde la fijación de estándares, la capacitación y supervisión hasta los recursos físicos y humanos adecuados.


Un error frecuente consiste en suponer que la sola implementación de un sistema de información conforma un sistema de vigilancia. Un ejemplo de ello es la conformación de comités para el análisis de muertes maternas, estrategia que consiste en el “análisis de caso”. El análisis de caso es una metodología para la evaluación de la calidad de la atención, que consiste en la revisión de un caso en particular, a partir de múltiples y variadas fuentes de información que con un análisis cualitativo permite determinar la causalidad y la evitabilidad del hecho. Esta metodología permite analizar e interpretar y derivar recomendaciones. Sin embargo, un sistema de vigilancia requiere además de la conformación de comités de análisis, la ejecución de acciones destinadas a corregir las fallas del sistema relacionadas con la aparición del evento no deseado.
  Vigilar no es sólo analizar. 
No debe confundirse una de las funciones de la vigilancia —la auditoría y el monitoreo— con la vigilancia misma. El sistema de vigilancia de muertes maternas debe contemplar las capacidades locales para decidir e intervenir, además de la evaluación de la calidad de la atención mediante el análisis de casos.

3. Principales hallazgos: el estado del monitoreo y la auditoría de las muertes maternas en las cinco provincias  http://www.unfpa.org.ar/sitio/images/stories/pdf/2015-06_ssyrepinvestigacion.pdf



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